jueves, 1 de mayo de 2008

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Los objetos se amoldan al cuerpo, ya nada es distante, todo lo contrario. Sofocado, colérico y a la vez sin aliento. Casi sin pestañar, todo fuera de foco. Los pensamientos resuenan entre las meninges causando un fuerte dolor que no lleva a nada. Los ojos se cierran, mueren; sí, eso es lo que estaba buscando...y no creo que vuelvan a abrirse pronto. Todos los días son iguales en esta parte del cerebro.

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